Gestión del residuo de EPS: eficiencia y compromiso
Anape, la Asociación Nacional de Poliestireno Expandido nos proporciona el siguiente artículo sobre los logros alcanzados en la gestión del residuo de EPS en nuestro país y en Europa.
Ligereza y gran capacidad de adaptación son las dos características de los envases de EPS que han supuesto un reto en la gestión de sus residuos. Los desechos de estos envases presentan un gran volumen y bajo peso, lo que ha delimitado mucho la logística de transporte y gestión. Conscientes de ello, el sector ha centrado sus esfuerzos en lograr una gestión eficiente de sus residuos, identificando las vías posibles de tratamiento del mismo: desde el reciclado mecánico para su posterior introducción en el proceso productivo a la producción de nuevos materiales que sirvan de materia prima para nuevos productos (por ejemplo CDs) y la valorización energética de la fracción residuo no aprovechable.
Los residuos de EPS presentan diversas opciones de reciclado, eliminándose la fase de producción de materia prima, principal fuente de consumo de energía y recursos en el ciclo de vida de cualquier envase o embalaje. No debe olvidarse que estos envases tienen una fracción mínima de materia prima (2 por 100), siendo el 98 por 100 restante aire, con lo que se minimiza todavía más la cantidad de materia prima que se utiliza en su fabricación respecto a otros materiales de envase y embalaje. Su bajo peso hace que el transporte de productos embalados con EPS sea más eficiente, minimizándose así las emisiones de CO2 derivadas de su logística.
Caso de España
En el caso de España, la valorización energética no es una opción a considerar en muchas regiones. El resultado se ha traducido en un gran número de vertederos prácticamente saturados donde se han ido depositando residuos a lo largo de muchas décadas, perdiéndose con ello un recurso muy valioso en términos de materia prima y energía.
En la fracción de residuos plásticos no aprovechable que va a vertedero, la situación resulta especialmente grave, precisamente por la pérdida en términos energéticos que supone. Un kilo de residuo de EPS equivale a 1,4 l de combustible fósil, siendo similar su poder calorífico al del gas natural. Este caso es similar para el resto de la fracción de residuo final plástico no aprovechable. Por este motivo, la valorización energética debe tenerse en cuenta para lograr una gestión eficiente de los residuos antes que el vertedero, además de evitarse también sus altos costes medioambientales. En la actualidad, la tecnología y los fuertes controles realizados en el proceso de incineración garantizan la protección del medio ambiente y la salud de las personas, especialmente en lo relativo a la emisión de sustancias tóxicas.
En Europa
Los países europeos que presentan una tasa de recuperación y aprovechamiento de los residuos más eficiente y sostenible cuentan con la valorización energética como la opción final a utilizar para lograr una gestión y aprovechamiento del residuo como recurso.
España, pese a contar con un índice de reciclado material de plásticos similar a la media europea (23 por 100) en términos de recuperación energética se encuentra muy lejos (17 por 100) del resto de Europa, en especial si se compara con Alemania (65 por 100), Dinamarca (72 por 100) o Bélgica (66 por 100). Estos países apenas depositan residuos en vertedero.
Es importante destacar que la valorización deberá ser una opción a considerar cuando la reutilización o reciclado del residuo no sea posible, atendiendo a la jerarquía de gestión de residuos de la Directiva Marco y la normativa estatal.
Iniciativa pionera
La industria transformadora de EPS en España ha desarrollado una iniciativa pionera. Se trata de la constitución de una red de centros ECO-EPS para la recogida, tratamiento y reintroducción de los residuos de EPS limpio en la cadena de producción.
Como soporte a estos centros, se está desarrollando una red de información pública donde se identifican todos los agentes que gestionan los productos de poliestireno expandido.
La fracción de residuos de envase y embalaje de origen doméstico puede depositarse en los contenedores amarillos destinados al plástico. También pueden ser entregados en los puntos limpios o centros de recogida convenidos con distintas organizaciones públicas y mercantiles para realizar el acopio de este material.
En definitiva, todos los flujos de residuos de EPS están cubiertos, tanto los derivados del uso doméstico, a través del Sistema Integrado de Ecoembes, como los procedentes del flujo industrial. De esta forma, se garantiza por orden de prioridad su reciclado, ya sea mecánico si está suficientemente limpio el producto, o de otro tipo, o si no su valorización energética, evitándose así el vertido en todo momento.