Trazabilidad de alimentos

Mateo Pérez, gerente de ventas de Domino nos traslada su opinión sobre este asunto

Uno de los desafíos más recurrentes para los fabricantes de la industria alimentaria será el modo de mejorar la trazabilidad y la integridad de sus cadenas de suministro a la vista de algunos acontecimientos recientes de gran repercusión, como el de la detección de carne de caballo en algunos productos procesados de ternera. Este caso ha cuestionado gravemente la integridad de la cadena de suministro de alimentos y ha servido para recordarnos, una vez más, la importancia vital de la trazabilidad tanto para los consumidores como para los proveedores.
Por ejemplo, el sencillo código de producto, que muchas veces nos pasa desapercibido a menos que tengamos que hacer limpieza de la nevera o la despensa, es esencial ya que es una línea de defensa ante todo lo que puede ir mal en la cadena de suministro.
Las fechas de caducidad y de consumo preferente y los códigos de lote y datamatrix facilitan tanto a los fabricantes como a los consumidores los datos cruciales que necesitan para garantizar la seguridad de los productos y permiten identificar los productos que deben ser retirados.
La flexibilidad que aportan las soluciones de codificación, marcado e impresión digital también puede animar a los fabricantes de la industria alimentaria a seguir el ejemplo de otras industrias, como por ejemplo la farmacéutica, introduciendo mecanismos como el de la autenticidad y el seguimiento de lotes individuales de ingredientes a través de la numeración única de cajas.
Debemos recordar que lo que se consiga dependerá en gran parte de la posibilidad de imprimir los códigos en la cantidad necesaria, con la calidad exigida y, aún más importante, el momento en el proceso de producción que garantice la integridad del código.

Soluciones que evolucionan
Con más de 30 años de experiencia con los principales fabricantes en alimentación, las soluciones de Domino han evolucionado desde los sencillos códigos de lote y “consumir antes de” hasta sistemas cada vez más complejos y personalizados, que incorporan trazabilidad detallada, mecanismos anti- falsificaciones y con sello de garantía.
Puesto que la información que deben llevar los productos es específica para cada artículo individual (más “granular” en terminología de datos) el reto para los fabricantes es crear sistemas que se puedan integrar en las etapas más tempranas y primarias del proceso de envasado.
Los actuales cabezales de impresión por inyección de tinta pueden integrarse fácilmente en las líneas de impresión y envasado: por ejemplo, las configuraciones con cabezal único o de varios cabezales de Domino K600i se pueden adaptar en una amplia gama de entornos y pueden imprimir hasta 4 líneas de texto variable, logotipos o códigos de barras con una sola pasada.
Al tratarse de un proceso sin contacto que usa tintas adecuadas para alimentación, la seguridad alimentaria no queda comprometida.
Cuando es necesaria la codificación sobre envases flexibles, la gama de soluciones de marcado y codificación de la serie V de Domino permite aplicar datos variables, por ejemplo, al crear el envase en horizontal en una máquina selladora.

De cara al futuro
Uno de los principales retos para los fabricantes de la industria alimentaria implicados en el caso de la carne de caballo será el de recuperar la confianza de sus clientes. No será un proceso rápido; cabe recordar, que dos años después de la retirada en 2006 de unos lotes de espinacas, las ventas de este producto seguían siendo un 10% más bajas.
La implementación de los tipos de sistemas de trazabilidad que se están introduciendo gradualmente en el sector farmacéutico podría ser una buena manera de tranquilizar a estos clientes. Este sistema ya ha sido implantado en los palés y contenedores; puede que ahora ya sea un buen momento para evaluar el alcance de este sistema en el ámbito de la fabricación de alimentos, para que tengamos la certeza de que los alimentos que consumimos tienen el mismo nivel de protección definida.

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