ReCAIB incide en la importancia de que los consumidores estén informados y de que conozcan las normas y su capacidad de influencia en el mercado
- Pedro Melgarejo, portavoz de la plataforma: “Desde ReCAIB promovemos las buenas prácticas y la información continua”
- Las empresas adheridas se comprometen a no producir ni importar bolsas que no cumplan con la legislación y a evitar la mala praxis
Informar a los distribuidores y a los consumidores finales sobre el tipo de bolsas de plástico que pueden entregarse en los comercios en cumplimiento del Real Decreto 293/2018 sobre reducción del consumo de bolsas es uno de los principales objetivos de ReCAIB, la plataforma de fabricantes creada en el marco del grupo sectorial de bolsas de ANAIP en 2021 cuyos participantes se comprometen a promover las buenas prácticas y a no producir ni importar bolsas que no cumplan con la legislación.
Estos objetivos se alinean con el mensaje del Día Mundial de la Educación Ambiental, que se celebra cada 26 de enero desde hace casi medio siglo para despertar la conciencia de las personas sobre los problemas ambientales, formando así una población consciente y que tenga conocimiento y compromiso para buscar soluciones a los problemas existentes y para prevenir nuevos.
El Real Decreto 293/2018 se aprobó para reducir el consumo de bolsas de plástico y limitar al máximo las de un solo uso. Sus últimas medidas entraron en vigor el 1 de enero de 2021. “En la industria conocemos de primera mano la normativa −explica Pedro Melgarejo, portavoz de ReCAIB− pero entendemos que a la distribución y a los consumidores les sea más difícil estar tan al día y por eso creamos la plataforma, para facilitar herramientas a la distribución y llegar así al consumidor final”.
Según estas últimas medidas del Real Decreto, ya solo pueden entregarse en los puntos de venta bolsas de plástico con espesor superior a 50 micras y un contenido de al menos el 50% de material reciclado. Estas bolsas son reutilizables, se desechan en el contenedor amarillo al final de su vida y pueden fabricarse conforma a la Norma UNE 53930-1 y 2, que establece los requisitos mínimos que debe tener esta bolsa para cumplir con los criterios marcados por la legislación. Las bolsas ligeras (de entre 15 y 49 micras) y muy ligeras (de menos de 15 micras) solo podrán estar fabricadas en material compostable que cumpla la Norma Europea UNE-EN 13432. Se utilizan principalmente en las secciones de fruta y verdura de los supermercados y se desechan en el contenedor de materia orgánica junto con los restos de los productos que contengan, lo que facilita el proceso de compostaje al no tener que hacer separación.
Para Pedro Melgarejo, la adecuación de los productores de bolsas a la nueva normativa representa todo un caso de éxito de la industria: “En los últimos años los fabricantes han trabajado en pro de esta adaptación, activando inversiones para adaptar sus procesos productivos a los nuevos materiales y adquiriendo experiencia y conocimiento en el procesado de los nuevos formatos. También han comunicado a la sociedad las ventajas medioambientales de las nuevas soluciones propuestas en el Real Decreto”.
Aunque esta adaptación no ha sido una tarea fácil, los fabricantes, con ReCAIB a la cabeza, nunca estuvieron en contra porque entendieron la utilidad de la norma y sus beneficios en términos de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente. Por eso desde la llegada del Real Decreto se posicionaron como aliados de las autoridades en su implantación. “Esta misión incluye la promoción de las buenas prácticas y la información continua a las partes involucradas para que sean conocedoras de lo que se puede y lo que no se puede hacer, así como para la detección de la mala praxis”, añade Melgarejo.
En este sentido, la plataforma hace hincapié en la importancia de que los consumidores conozcan la norma y sean conscientes de los tipos de bolsas que pueden entregarles en los comercios: sobre todo bolsas de espesores superiores a 50 micras que incluyan material reciclado y que están diseñadas para ser reutilizadas multitud de veces.
Gracias al conocimiento, los consumidores no solo podrán ser conscientes del cumplimiento de la norma, sino que podrán ejercer su influencia sobre el mercado, que debe tener siempre en cuenta las demandas de la ciudadanía y sus preferencias actuales en favor de la sostenibilidad y la economía circular.