Envases alimentarios con contenido en plástico reciclado: posibilidades y desarrollo de nuevas tecnologías

Por Adrián Morales, investigador líder en Reciclado Mecánico en AIMPLAS.

Una de las mayores preocupaciones actuales del sector del plástico es la utilización de plástico reciclado en contacto con alimentos. Esta preocupación viene dada en primer lugar por la seguridad alimentaria de estos materiales, es decir, que la utilización de este reciclado esté en condiciones óptimas para entrar en contacto con alimentos, ya sea de manera directa o de manera indirecta, a través de las denominadas barreras funcionales. Otro motivo que preocupa al sector del plástico en general es el gran volumen de residuos plásticos procedentes del sector del envase, y en concreto del envase alimentario, por lo que poner solución a este flujo de residuos fomentaría el reciclado y la sostenibilidad del sector.

Con la entrada en vigor del nuevo reglamento de plástico reciclado en contacto con alimentos, Reglamento (UE) 2022/1616, se pretende incrementar el volumen de materiales plásticos reciclados con aptitud alimentaria en el mercado. Uno de los puntos clave de este reglamento son las denominadas Tecnologías Adecuadas y Tecnologías Novedosas. Con las tecnologías adecuadas, que son el Reciclado Mecánico de PET Postconsumo y el Reciclado a partir de Circuitos de Productos en una Cadena Cerrada y Controlada, se pretende incrementar y estandarizar las diferentes tecnologías que ya fueron autorizadas previamente en el Reglamento (UE) 282/2008, facilitando de esta forma nuevas autorizaciones individuales a partir de las tecnologías ya autorizadas.

Por otro lado, el gran reto para el sector es el desarrollo de nuevas tecnologías que sean capaces de fabricar plásticos que sean seguros para el contacto con alimentos. Dentro del concepto de tecnología novedosa podría incluirse cualquier tecnología que no se considere adecuada, como por ejemplo el reciclado mecánico de cualquier material diferente al PET, el reciclado químico de cualquier polímero, el reciclado físico (a través de disoluciones) o las barreras funcionales, que con este nuevo reglamento ya no se consideran tecnologías seguras y es necesario obtener una autorización para su puesta en el mercado.

La realidad de hoy es que en el mercado de los plásticos en contacto con alimentos únicamente se puede introducir plástico reciclado en contacto directo en productos fabricados con PET o a través de los circuitos cerrados y controlados. En el mercado actual ya es muy común encontrar botellas, bandejas y otros productos con contenido de PET reciclado hasta en un 100%, aunque lo cierto es que el volumen actual de PET reciclado disponible en el mercado es todavía muy bajo como para abastecer todas las necesidades del sector. Este es uno de los motivos por los que con el reglamento actual esta tecnología ha pasado a catalogarse como adecuada, ya que se lleva trabajando y desarrollando durante muchos años y ya existe una homogeneidad en los materiales que puede considerarse segura para la salud. También es frecuente encontrar otros materiales reciclados diferentes al PET en contacto con alimentos, como es el caso de las poliolefinas (principalmente HDPE y PP) procedentes de circuitos cerrados y controlados. Algunos ejemplos de productos con poliolefinas recicladas en contacto con alimentos pueden ser las cajas de frutas y verduras o bidones para alimentos, que con el reglamento anterior se requería una autorización por parte de EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) pero con el reglamento actual, a diferencia del reciclado mecánico de PET postconsumo, ya no requiere de una autorización por parte de EFSA, aunque haya que cumplir con las mismas medidas de seguridad alimentaria.

A día de hoy, ya se han presentado diferentes tecnologías novedosas a EFSA. Alguna de estas son procesos de barrera funcional para PET o para poliestireno (PS), donde se pretende asegurar la efectividad de las capas barrera mediante ensayos de migración y buscando la homogeneidad en el tiempo y en los resultados. Además, también se han presentado a EFSA otras tecnologías de descontaminación de poliolefinas con el fin de validar una tecnología eficiente de descontaminación de estos materiales o procesos de reciclado físico por disolución de PS.

Relacionado con esto, AIMPLAS trabaja con diferentes empresas y con desarrollos propios en diferentes estudios para la descontaminación de estos materiales a través de ensayos de Challenge Test (https://ide-e.com/challenge-test-en-poliolefinas-para-su-posterior-uso-en-contacto-con-alimentos/). Además, también asesora a diferentes empresas para colaborar en los informes necesarios para la obtención de la autorización por parte de EFSA de las estructuras de barrera funcional de PET o de descontaminación de diferentes polímeros.

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