Lo que las empresas valoran cuando cumplen con la RAP: 10 aprendizajes tras un año de escucha activa

Por: Carmen Sánchez García de Blas, Presidenta del Consejo de Procircular y Directora General de Reclay Iberia.

Durante los últimos meses he tenido la oportunidad de hablar con decenas de empresas de distintos sectores sobre cómo están viviendo la implantación práctica de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP). Desde grandes grupos y multinacionales, hasta pequeños productores que se enfrentaban por primera vez a estos procedimientos. Todas compartían una misma preocupación: hacerlo bien, sin complicarse la vida más de lo necesario. Y lo cierto es que cuando uno escucha con atención, empieza a entender lo que de verdad valoran las empresas en este proceso.


Más allá del marco legal, creo que es importante parar un momento y escuchar. ¿Qué valoran de verdad las empresas que ya están cumpliendo con la RAP? ¿Qué cosas les hacen sentir que están en buenas manos? ¿Qué marca la diferencia entre un trámite más y una gestión eficaz, profesional y comprensible?


Para tomar el pulso de la realidad, recientemente lanzamos una encuesta dirigida a nuestros más de 4.000 clientes, para conocer formalmente (y no solo por conversaciones puntuales) cuáles son sus preocupaciones y algunos temas clave de cómo ha sido el primer año de la liberalización del sector. Quiero compartir aquí ese «Top 10» de las cosas más valoradas, no como una lista de logros, sino como pistas útiles para todos los que estamos implicados en construir un sistema más justo y funcional.

#1. Simplicidad

Lo primero que aparece en todas las respuestas es la necesidad de simplicidad. Las plataformas de gestión deben ser claras, intuitivas y eficaces. No se trata solo de tecnología, sino de usabilidad. Las empresas agradecen especialmente que el proceso de adhesión sea rápido, que la facturación esté bien explicada y que no haya que pelearse con formularios poco claros. La frase que más se repite es que todo fue “más sencillo de lo que pensaban”.

#2. Atención Humana

La atención humana es otro factor decisivo. Poder hablar con alguien que conoce el sector, que escucha y responde con empatía, no es un detalle menor. Demostramos que apostar por la cercanía y la confianza del cliente, no está reñido con ser eficientes, y lo estamos logrando.

#3. Formación

También se valora muchísimo la formación. Muchas empresas admiten que cuando empezaron no sabían bien qué era la RAP ni qué pasos debían dar. Aquí, los webinars bien estructurados, con lenguaje sencillo y ejemplos concretos, se han convertido en una herramienta esencial. No es necesario saber de residuos para entender la normativa, si alguien se toma el tiempo de explicarla bien.

#4. Agilidad en las respuestas

La seguridad en las respuestas es un aspecto que genera especial agradecimiento. Hay muchas decisiones que no pueden esperar, y recibir una respuesta -que no sea un “copiar y pegar”- aporta tranquilidad y eficiencia.

#5. Precio razonable

Y, por supuesto, está el tema económico. El precio importa, pero lo que más se valora es que sea razonable, previsible y esté bien explicado. No se trata solo de ser competitivo, sino de que las tarifas respondan a una lógica operativa y que reflejen el valor del servicio que se presta. Cuando los costes están bien justificados, se minimizan las posibles reticencias.

#6. Facilidad en la Declaración

Una sorpresa agradable ha sido ver cómo se aprecia la facilidad en la declaración de envases. Este punto, que genera mucho estrés en muchas empresas, se vuelve mucho más asumible cuando hay plantillas claras, documentos de apoyo y asistencia directa. Muchas personas me han dicho que hicieron la declaración “en una tarde”, cosa impensable hace unos años.

#7. Equipo

También se nota que el equipo que acompaña a las empresas es clave. Cuando hay profesionalidad, dominio técnico y conocimiento real de la regulación, se transmite seguridad. Las empresas necesitan saber que están en manos de gente que conoce el terreno, que puede responder a inspecciones o que sabe cómo actuar ante una duda legal concreta.

#8. Acompañamiento

Más allá de los aspectos técnicos, hay un agradecimiento constante hacia el acompañamiento. No es solo firmar y ya. Las empresas valoran que se les guíe durante todo el proceso, que se les avise de fechas clave, que se les propongan mejoras y que se sientan acompañadas también en los momentos más complejos.

#9. Documentación Clara

Otro punto muy relevante es la importancia de contar con documentación clara. Las guías paso a paso, las FAQ bien resueltas, los vídeos explicativos… Todo eso hace que muchas personas que no tienen perfil técnico se sientan cómodas y puedan gestionar su RAP sin depender de terceros.

#10. Sistema Amplio

Por último, se aprecia mucho que el sistema cubra todos los tipos de envases, no solo los domésticos. Las empresas que operan en varios canales —doméstico, comercial, industrial— agradecen poder centralizar la gestión en un solo lugar, sin tener que duplicar esfuerzos ni pagar más por separado. Igualmente importante, es y lo será aún más en el futuro, poder trabajar con un operador que no solo entiende la normativa española, sino que también puede ofrecer cobertura y acompañamiento en otros países, es una ventaja estratégica para cumplir con la RAP de forma eficaz, evitando duplicidades y ganando en eficiencia operativa.

Después de escuchar tantas voces distintas, me queda una conclusión clara: lo que más valoran las empresas es que se les facilite el cumplimiento. No piden milagros, pero sí claridad, cercanía, sentido común y rigor. Cuando eso se da, la RAP deja de ser una obligación molesta y se convierte en una parte integrada de su compromiso con la sostenibilidad.


Cumplir con la RAP no debería ser una carga extra para las empresas. Al contrario: debería ser una oportunidad para revisar cómo se gestionan los residuos, para entender mejor el impacto de los productos y para integrarse en una economía más circular y eficiente. En este proceso, todos —administraciones, operadores, técnicos— tenemos una responsabilidad compartida. Si seguimos escuchando, entendiendo y mejorando, podremos construir juntos un modelo que funcione de verdad. Uno en el que cumplir con la ley no sea un obstáculo, sino una oportunidad para hacer las cosas mejor, y quizá el primer paso sea, simplemente, elegir un SCRAP que escuche más y complique menos.

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