¿PET reutilizable para bebidas sensibles? El proyecto de investigación de Krones y Alpla arroja resultados sorprendentes
Indice
- Pese a su atractivo balance ecológico, los envases de PET reutilizable siguen siendo un producto nicho.
- Para aprovechar al máximo el potencial de este tipo de envase, Krones y Alpla colaboran en un proyecto de investigación.
- El resultado es un envase de PET reutilizable especial para zumos y productos lácteos en la cadena de frío.
- Varias pruebas objetivas aportan datos sobre su seguridad microbiológica.
Fuera del nicho: en el mercado de los envases para bebidas, los envases de PET reutilizable siguen desempeñando un papel más bien secundario. E injustamente, según demuestra ahora un proyecto de investigación conjunto de Krones y Alpla, en el que, en primer lugar, se sometió al material y a los parámetros del proceso a un análisis científico completo. Sobre la base de los resultados adquiridos, las dos empresas colaboradoras desarrollaron un envase de PET reutilizable que también resulta un recipiente óptimo para productos sensibles de larga duración (ESL o Extended Shelf Life), como el zumo y la leche en la cadena de frío.
Ya sea por la legislación, los objetivos climáticos voluntarios o la mayor conciencia medioambiental de los consumidores, las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad son cada vez más relevantes a la hora de elegir un envase. «Qué tipo de envase destaca más desde diversos puntos de vista ecológicos depende de varios factores de influencia y debe evaluarse individualmente para cada aplicación», explica Martina Birk, responsable del programa de sostenibilidad enviro de Krones. No obstante, cabe destacar que, a menudo, los envases de PET reutilizable ni siquiera se tienen en cuenta en un primer momento. «Aunque, con una distribución predominantemente regional, pueden ofrecer un balance ecológico extraordinariamente atractivo», recalca Birk.
Evaluación de muestras de botellas y procesos de limpieza
Para aprovechar estas ventajas para un amplio espectro de bebidas, las empresas Krones y Alpla acordaron colaborar juntas. «Hasta el momento, los envases de PET reutilizable se habían utilizado principalmente para refrescos carbonatados y agua», aclara Jörg Schwärzler, experto en productos reutilizables y jefe de proyectos en Alpla. «Sin embargo, estábamos seguros de que, si combinábamos nuestros conocimientos expertos sobre materiales, dimensionamiento de preformas, diseño de envases e ingeniería de instalaciones, también encontraríamos una solución para las bebidas sensibles, como los zumos o productos lácteos. La opción de disponer de una boca de 38 milímetros tiene ventajas especiales para las aplicaciones reutilizables sensibles».
Los socios colaboradores también prestaron una atención especial al proceso de limpieza de los envases, ya que «el PET es menos resistente al calor que el vidrio», explica la responsable de desarrollo Ines Bradshaw. «Por eso, debíamos encontrar la manera de poder garantizar una alta seguridad microbiológica y un gran número de ciclos aunque la temperatura de limpieza fuera reducida».
Para lograr una base de datos objetiva y significativa, el centro técnico de tecnología de lavado de Krones en Flensburg (Alemania) realizó una serie de pruebas exhaustivas en las que se analizó la interacción entre distintas muestras de botellas y procedimientos de limpieza. «Las pruebas nos proporcionaron una imagen muy clara sobre los factores de influencia térmicos, químicos y mecánicos que actuaban en cada caso», añade Bradshaw. «Entre otros, se evidenció lo siguiente: con la selección adecuada de los parámetros —especialmente, en lo relacionado con la concentración de la solución alcalina, la temperatura, los aditivos y el impacto mecánico—, una temperatura de alrededor de 60 °C es suficiente para eliminar de forma fiable incluso los restos secos de proteínas, grasas y espesantes de los recipientes».
Comparación directa con el vidrio reutilizable
La comparación directa entre el PET reutilizable y el vidrio reutilizable proporcionó otro descubrimiento interesante: a medida que avanzaban los ciclos de limpieza, el producto de limpieza alcalino raspaba visiblemente la superficie de la botella de vidrio, pero con los envases de PET no se observó ningún deterioro similar. «Que la calidad del envase permanezca igual puede ser una ventaja nada desdeñable, especialmente para el llenado de bebidas sensibles», observa Ines Bradshaw.
Actualmente, se están realizando pruebas microbiológicas para tener una certeza definitiva en cuanto a la inocuidad del envase. Ya se han obtenido los primeros resultados, que confirman lo observado hasta el momento: «Desde el punto de vista microbiológico, las botellas de PET sometidas a 25 ciclos de limpieza no se diferenciaban en nada de las nuevas», afirma complacida Ines Bradshaw. Una vez probada su viabilidad, el proyecto ha alcanzado un hito importante y ya está listo para dar el siguiente gran paso; de hecho, los preparativos para la prueba de campo técnica ya avanzan a toda marcha.