Ventajas competitivas gracias al diseño y la innovación




Ventajas competitivas gracias al diseño y la innovación

Adifa-PLV, la Agrupación de Diseñadores y Fabricantes de Material de Publicidad en el Lugar de Venta, perteneciente a la Asociación Graphispag, nos proporciona el siguiente artículo sobre las ventajas que pueden obtenerse a través del diseño y la innovación.

Para innovar es preciso no solo generar ideas nuevas sino desarrollarlas de una manera rentable. Hay que tener presente que la innovación supone un proceso empresarial enfocado a la generación de beneficio, ya sea para la empresa o para los clientes, lo cual indirectamente repercutirá de nuevo en la empresa.

Una necesidad
La innovación se ha convertido en una necesidad para la supervivencia de las empresas que deben innovar constantemente para seguir ocupando un lugar destacado en el mercado. Podría definirse la innovación como la capacidad de la empresa para adaptarse a los cambios del mercado, adelantarse a los mismos e incluso cambiar de mercado. Se debe hacer de una manera proactiva y no reactiva, consiguiendo que forme parte de la cultura de empresa y se convierta en una palanca de crecimiento sostenible.
Así que no se trata de hacer mejores productos sino de crear productos y servicios diferentes. Por ejemplo, ir más allá de satisfacer necesidades y crear experiencias o emociones a través del producto, encontrar nuevos usos o mercados para los productos existentes o descubrir nuevas necesidades no cubiertas. Lo bueno de la innovación es que el campo de actuación es muy amplio, pero requiere atreverse a dejar de hacer las cosas como se han hecho siempre y sobre todo dejar de pensar como siempre.
Acertar en la innovación no es crear una lluvia de ideas novedosas y emprender la que más nos inspire. Tampoco se puede esperar el acierto a la primera, porque innovar requiere riesgo y a veces tiempo para crear pilotos, prototipos, ajustes y tiempo para encajar algún fracaso por el camino.

Innovar por pasos
Es mejor innovar por pasos previamente estudiados. El primer paso es entender en profundidad cómo viven y compran los compradores de hoy y también los de mañana que son los principales usuarios de nuestros productos.
Según los estudios, el comprador de hoy no se define solo por su austeridad y exigencia. Sigue siendo una persona que se mueve tras lo que genera emociones y aporta sentido a su vida. Se sigue dejando seducir por la originalidad, exclusividad, personalización, experiencias, lo tecnológico, lo práctico.
El comprador es un ser digital que tiene cualquier producto a un clic, por lo que los puntos de venta y las marcas expuestas en ellos deben proporcionarle algún valor añadido.
Tal vez la Publicidad en el Lugar de Venta, PLV, tenga que adaptarse y ser integrada con el producto, o convertirse en otro producto a la venta, o ser el soporte de la comunicación interactiva, emocionar o crear experiencias inolvidables para que siga provocando ese impacto deseado que nos solicitan las marcas.
El segundo paso es analizar cómo está cambiando la distribución, los comercios, nuestro mercado y las ubicaciones de nuestras creaciones. Parece que las grandes superficies están sufriendo una reestructuración. Tal vez sobrevivan creando islas de tiendas especializadas creadas por el innovador concepto Carrefour Planete. La pregunta es: ¿cómo me puedo yo adaptar a ese entorno?
En general, los expertos hablan de puntos de venta más pequeños, con menos productos, más exclusivos, con necesidad de justificar su existencia, entretener y emocionar al comprador. También se habla muchísimo de que la tecnología debe formar parte de los puntos de venta, para facilitar la gestión y los procesos operativos y permitir de ese modo una reducción de tamaños. Pero también es precisa la tecnología para interactuar, entretener y facilitar el trato con los clientes. ¿De qué modo puede participar la PLV en esa revolución?

Realidad cambiante
Hay que fijarse en las nuevas necesidades de los clientes de la PLV, en su mayoría marcas y fabricantes, que también viven su realidad cambiante.
Dicen que la multicanalidad es un término en desuso y que estamos viviendo la omnicanalidad, es decir la integración sin fronteras de los canales físicos, online y móvil en cuanto a la relación de las marcas con sus clientes.
Cualquier acción de marketing de una marca debe ser coherente en todos los canales a la vez.
También la relación más directa que mantienen con los usuarios a través de los contactos online hace que puedan segmentar y personalizar más sus mensajes y promociones.
Entre las preguntas que deben hacerse están las siguientes: ¿Cómo se integra la PLV a esa omnicanalidad, qué servicio puedo ofrecer que solucione nuevas necesidades de mis clientes, qué producto enriquecería la experiencia de compra de los compradores, qué papel cumplen mis elementos de PLV para el comerciante?
Encontrar respuesta a estas preguntas quiere decir que estamos ya ante esa importante idea innovadora. Pero el proceso sólo acaba de empezar, ya que hay que trasladarla en una ventaja competitiva que debe saber comunicarse bien a los interesados y traducirse en beneficios.
Y aún cuando se consiga, el proceso de innovación debe continuar, seguir creando nuevas ideas, analizando el mercado y poniéndolas en práctica. Este proceso es aplicable a todas las áreas de cualquier negocio y no solo a la creación y diseño de nuevos productos y servicios, sino a la gestión y administración. Es posible y necesario que toda la empresa participe en estos procesos para seguir avanzando o como poco manteniendo su posición en el mercado, que ya es mucho en los tiempos cambiantes que vivimos.

Más información:
Asociación Graphispack
Tel. 932 332 250
www.graphispack.org

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