Entrevista a Alberto López, director de Enomaq y Tecnovid

Con motivo de la reciente celebración de las ferias

¿Cuál sería un balance inicial de esta edición?
El balance de ENOMAQ-OLEOMAQ, TECNOVID-OLEOTEC y FRUYVER es altamente positivo. Del 12 al 15 de febrero, Feria de Zaragoza ha vivido una gran fiesta en la que el vino y el aceite han sido los protagonistas. Ilusión, optimismo y nuevas y mejores perspectivas de futuro han sido, sin duda, las palabras más pronunciadas por los responsables de las más de mil firmas que han formado parte de nuestros salones. Tras cuatro jornadas, le puedo asegurar que la XIX edición del Salón Internacional de Maquinaria y Equipos para Bodegas y del Embotellado, ENOMAQ, la octava convocatoria del Salón Internacional de Técnicas y Equipos para Viticultura, TECNOVID, y las citas del aceite, OLEOMAQ y OLEOTEC, así como la de frutas y verduras se han convertido, tal y como reza su eslogan, el punto de referencia de todo el sector profesional y han supuesto un revulsivo importante para la actividad comercial.
Finalmente, el balance de visitas ha sido muy alto y más de 24.000 profesionales han elegido Feria de Zaragoza como el lugar para conocer las mayores innovaciones y los productos más punteros que marcan el desarrollo del mercado internacional, por lo que considero que podemos sentirnos muy orgullosos del éxito de esta edición.

De las jornadas técnicas y actos organizados ¿qué temas han suscitado mayor interés?
Sinceramente, el programa de conferencias, actos y presentaciones ha sido tan extenso que resulta difícil hablar sólo de uno. Más de sesenta actos se han celebrado durante los cuatro días del certamen, lo que da muestra de la calidad que han tomado los salones y sus actividades. A mi juicio, los temas, la respuesta de los profesiones y la importancia de lo aquí expuesto para el sector suponen un rotundo éxito.
Personalmente, creo que es importante destacar el papel que ha jugado el Rincón del Enólogo –situado en el pabellón 5-, que ha contado con una programación propia y en el que la teoría y la práctica –con catas de producto- se han fusionado correctamente. Además, temas como la exportación, la internacionalización, las nuevas variedades y las técnicas para evitar plagas o la recolección han sido fundamentales y han contado con el respaldo del público, que ha respondido en un buen número a la excelente programa de jornadas técnicas que se ha llevado a cabo en el marco de estos salones.

¿Qué novedades se han visto durante la feria?
Participar en un salón de la talla de ENOMAQ, que esta edición celebró su convocatoria número diecinueve, es un elemento importante y distintivo para las empresas, que son conscientes del valor que les aporta nuestra feria. Tanto es así que las empresas esperan a la celebración de una cita como ésta para dar a conocer sus novedades e innovaciones sectoriales. Feria de Zaragoza se convierte, durante los días del certamen, en el gran escaparate abierto al mundo del vino y del aceite. En este sentido, un jurado de expertos del sector distinguieron como ‘Innovación Técnica’ un total de doce proyectos o máquinas que sirven para afrontar con mayor garantías el futuro y acercarse al mercado con un mayor desarrollo y fuerza.
Estamos orgullosos del gran apoyo que, edición tras edición, nos da el mercado primario, así como la respuesta profesional a la propuesta de Feria de Zaragoza como referente y punto de encuentro indiscutible.

Y hablando de novedades ¿ha sido este año una edición innovadora en cuanto a la tecnología?
Sin lugar a dudas, cada edición sirve para poner la mirada en la innovación y dejar claro que el sector apuesta por la tecnología como modelo de desarrollo. La inclusión de la I+D+i en el mundo vitivinícola y oleícola es evidente y queda plasmado en las empresas participantes. Se trata de un nuevo elemento que supone un valor añadido y sin el cual muchas de las firmas no podrían competir en el mercado internacional. En los últimos años, hemos observado cómo la tecnología se ha colado en este mundillo. Nuevos materiales, procesos más innovadores y la seguridad –tanto en la producción como en el resultado final de cara al consumidor- han hecho que el sector puje fuerte por esta herramienta.
Además, hablando de novedades, me gustaría destacar el esfuerzo por parte de las empresas presentes en el salón a la hora de diseñar espacios expositivos. Tanto es así que, desde Feria de Zaragoza, hemos creído oportuno distinguir la innovación y la puesta en escena de las firmas con un diploma que ha destacado la originalidad y el esfuerzo de los expositores.

La organización conjunta con Oleomaq, Oleotec y Fruyver ¿qué cree que han aportado al visitante?
La experiencia nos ha demostrado, y así también nos lo hizo saber el sector, que se trata de dos segmentos económicos que –pese a sus diferencias y particularidades- tienen rasgos comunes y de los que, además, se retroalimentan. Nuestro objetivo con la celebración conjunta de estas cinco citas no es otro que el ofrecer un escenario profesional común que sirva para aportar mayor valor añadido a nuestras empresas, por lo que la celebración conjunta de estas nuevas citas con otras ya consagradas sirve para generar una mayor posibilidad de negocio. El binomio aceite y vino presenta importantes puntos comunes, debido a que los sectores vitivinícola y oleícola cuentan con una gran similitud de equipos para elaborar ambos productos y, en muchos casos, los productores coinciden.
Es importante potenciar las sinergias que hay entre estos sectores –a los que, desde hace tres ediciones se ha unido el hortofrutícola-, por lo que nuestros salones no sólo se complementan, sino que han sido capaces de ofrecer soluciones de presente y, por supuesto, de futuro.

¿Cómo ve al sector del embotellado actualmente?
El sector del embotellado, al igual que el de la maquinaria, vive momentos difíciles, pero es cierto que, según nos han trasmitido durante la celebración de ENOMAQ, ya comienzan a vislumbrar aspectos positivos o lo que se conoce como “brotes verdes”. A lo largo del certamen, en mis conversaciones con los expositores, he notado una sensación de ilusión, sobre todo con la apertura de los productos al mercado extranjero. En este aspecto también ha contribuido nuestro salón, puesto que un alto número de los visitantes al certamen, que como le he comentado anteriormente superaron la cifra de 24.000, eran extranjeros y procedían de 32 países.
Además, como es habitual, en esta edición se ha llevado a cabo un importante programa de Misiones Inversas –que tuvo lugar durante los días 13 y 14 de febrero- y que constituyeron un gran éxito comercial, gracias a los encuentros entre las más de cincuenta delegaciones extranjeras y las empresas españolas.

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