Entrevista a Jordi Simón Serra, responsable de plásticos biodegradables de BASF en Iberia




Entrevista a Jordi Simón Serra, responsable de plásticos biodegradables de BASF en Iberia

Participaron en la quinta edición del Seminario de Biopolímeros y Composites Sostenibles organizado por AIMPLAS presentando sus últimos desarrollos en materiales plásticos biodegradables-compostables. ¿Nos pueden comentar de cuáles se trata, sus aplicaciones y sus principales ventajas?
A través de la ciencia y la innovación, BASF hace posible que nuestros clientes puedan satisfacer las necesidades actuales y futuras. En el caso de los plásticos biodegradables-compostables, las novedades vienen por dos vías principalmente: a través de la optimización de productos y mediante la ampliación de surtido. Entre ellos podemos adelantar el nuevo producto para inyección y el nuevo material con alto contenido en fuentes renovables para bolsas de basura compostables. La ventaja principal en el primer caso es su procesabilidad y estabilidad dimensional que lo hacen óptimo para cápsulas de café. En el segundo caso, la ventaja de tener una bolsa permeable al vapor de agua, que no gotea y con una altísima compostabilidad, que representa una gran comodidad para el usuario y para las plantas de compostaje.

Hasta ahora, sus desarrollos en plásticos biodegradables se han dirigido a sectores como los del envase o a la agricultura. ¿Qué otras aplicaciones industriales están desarrollando actualmente con este tipo de materiales?
Los plásticos biodegradables-compostables son ideales para aquellas aplicaciones en donde la compostabilidad sea un requerimiento, pueda aportar soluciones o bien represente un valor añadido. En este sentido nuestros esfuerzos se centran en desarrollar materiales que puedan cumplir con estas expectativas.
Asimismo, BASF tiene productos para la fabricación de tintas en base agua compostables, comercializa masterbatch y adhesivo compostables que permiten abrir nuevos caminos para soluciones multicapa en embalajes complejos y que ofrezcan la compostabilidad como valor añadido.

¿Qué buscan principalmente sus clientes cuando se deciden por este tipo de productos: sostenibilidad, rentabilidad…?
Son materiales relativamente nuevos y como siempre ocurre, frente a una nueva oportunidad, son las empresas más innovadoras las que apuestan por estos materiales.
Sostenibilidad es una palabra que hay que utilizar con prudencia. Muchos materiales pueden ser sostenibles si se utilizan con sentido común. En el caso de los plásticos biodegradables-compostables, se busca aportar soluciones complementarias que hasta ahora no eran posibles para los plásticos tradicionales.
A nivel de ejemplo, y en según qué aplicaciones, estos plásticos pueden reducir la generación de residuos al poder compostarse los envases usados junto los con restos de comida. Asimismo, en el caso de film acolchado pueden incorporarse en el terreno junto con los restos de la cosecha para que sean asimilados por los microorganismos del suelo, evitando la generación de un residuo con alto contenido en tierra.

Como multinacional, ¿detectan distintas necesidades o motivaciones en los diferentes mercados a la hora de apostar por materiales sostenibles?
Como hemos comentado, la sostenibilidad de los materiales no solo depende de ellos en sí mismos, sino también de cómo se utilizan. Por ello, se tendría que pensar de manera sostenible en todas las fases de la cadena de valor: desde la fabricación hasta la valorización. Me gustaría dejar claro que los plásticos biodegradables-compostables son tan sostenibles como pueden serlo otros. Lo que aportan estos materiales es una novedad al sector del plástico: dar entrada a los plásticos en el compostaje como vía complementaria de valorización. Con ellos, los plásticos tienen tres posibles vías de valorización: reciclaje, valorización energética y compostaje.
Cada vez hay más empresas a nivel mundial que empiezan a entender el potencial que realmente pueden ofrecer esta nueva familia de plásticos biodegradables-compostables.
Estos materiales aportan una novedad complementaria que seguro que ayudará al mercado y al medio ambiente. Son materiales que nos obligarán a pensar en el coste global y no solo en el precio.
Es decir, empezar a pensar en el beneficio global que una solución puede aportar. Actualmente lo más habitual es analizar el coste directo, sin pensar demasiado en el beneficio/ pérdida/ coste/ impacto que se puede generar a posteriori.

¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan sus equipos de I+D actualmente?
BASF resume su estrategia en «creamos química para un futuro sostenible». Bajo esta premisa, los mayores esfuerzos van dedicados a que nuestros productos y soluciones contribuyan a la conservación de recursos, a garantizar la nutrición y a mejorar la calidad de vida.

¿Qué les parece la organización de un encuentro como el que ha organizado AIMPLAS sobre Biopolímeros y Composites Sostenibles?
Pensamos que es una iniciativa excelente. Todos los actores en la cadena de valor tendrían que trabajar conjuntamente para comunicar de manera profesional sobre las novedades y para evitar el peor peligro para el mercado: La confusión. Por ello, este seminario ha brindado una nueva oportunidad para afrontar el reto de aunar esfuerzos e intensificar la colaboración entre todos los segmentos implicados.

www.basf.es

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