• Uno de los logros más recientes de Brewnomic: durante un proyecto de desarrollo de Steinecker se analiza y se optimiza en un sistema piloto una solución integral para el suprarreciclaje de materiales y para el aprovechamiento energético de los residuos de la elaboración de cerveza.
• Del bagazo de cerveza se pueden obtener, entre otras cosas, proteínas, que en la actualidad son un recurso muy apreciado tanto en la industria de la alimentación y de las bebidas como entre los productores de complementos alimenticios o de cosméticos.
• Una vez extraídos estos valiosos componentes, aplicar la biomasa restante en una planta de biogás es mucho más sencillo que con la tecnología actual y sin tratamiento previo.

Para la mayoría de las cervecerías, el bagazo de cerveza no es más que un residuo del proceso de elaboración de cerveza que a menudo solo se usa como alimento para animales o que incluso se elimina, abonando los costes que ello conlleva. Sin embargo, estos residuos valen mucho más que eso… y ocultan posibilidades que no solo resultan rentables desde el punto de vista de la sostenibilidad, sino que, además, pueden suponer un negocio adicional muy lucrativo para cualquier cervecería. Lo demuestra el proyecto de desarrollo que han llevado a cabo conjuntamente Steinecker y el tándem de diseñadores compuesto por Waldemar Reule y Rainer Gottschalk. Su concepto se llevará ahora por primera vez a la práctica en la cervecería bávara Ustersbach.

De residuo a materia prima

El bagazo y la levadura son residuos ricos en proteína. Y es precisamente esta proteína la que va a adquirir protagonismo: si hasta el momento el objetivo de la Brewnomic estaba centrado únicamente en el aprovechamiento energético de los residuos, el equipo del proyecto ha desarrollado ahora un proceso que permite reciclar como materiales los residuos de la elaboración de cerveza.  Es un proceso dividido en tres pasos:

• En primer lugar, se extraen las proteínas de los residuos. Esto se lleva a cabo en un sistema compuesto por tres equipos con un concepto similar al de la sala de cocción CombiCube. Una vez completadas la dispersión y la hidrólisis, se separa la proteína mediante filtración por membrana.
• En el segundo paso, la biomasa restante se acidifica para, a continuación, crear abono mineral por medio de un intercambiador de iones.
• Después, la energía se utiliza para obtener biogás. Durante este proceso, además, se añade y se limpia el agua residual de la cervecería.

Proteína: un producto muy demandado en el mercado

La extracción de la proteína es especialmente lucrativa para una cervecería. Y es que, gracias a las tendencias que nos llaman a llevar una vida sostenible, saludable y vegana, en la industria productiva aumenta la demanda de fuentes de proteínas vegetales. No solo el sector de los productos lácteos y de la alimentación, sino también los productores de complementos alimentarios o de cosméticos se cuentan hoy en día entre los compradores potenciales de esta solicitada materia prima. Además, también son muy rentables la venta de abono mineral y el ahorro que se logra inyectando biogás: la suma de los ingresos que se obtienen anualmente con todo ello permite recuperar la inversión en solo unos años, esto es, en mucho menos tiempo que si se optara únicamente por reutilizar la energía del bagazo en una planta de biogás clásica.

Primer uso en la cervecería Ustersbach

La cervecería bávara Ustersbach será la primera en llevar a la práctica el proyecto de reciclaje del bagazo. Los requisitos que reúne son inmejorables: «A lo largo de los últimos diez años, hemos tomado ya un gran número de medidas que nos han acercado paso a paso a nuestro objetivo de convertirnos en una cervecería energéticamente autárquica de acuerdo con el concepto de Brewnomic. Por eso, es simplemente una cuestión de coherencia que ahora intentemos también darles a los residuos del proceso de la elaboración de cerveza el uso más sostenible posible», explica Stephanie Schmid, jefa de la cervecería.

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